Transposiciones: video, poesía, ensayo

A propósito de Training, de Claudia Fontes

por Julián López, Emilio Bernini

 

En la punta de la lengua (ciclo de encuentros ideado por Lía Chara, Silvia Paglieta, Patricia Landen y Daniel Villaverde) constituye una suerte de laboratorio en vivo, de poetas, escritores, críticos y cineastas que se reúnen para, a partir de un material propuesto, plantear un diálogo entre las artes que cruce así las líneas de cada especificidad poética. En el último encuentro (en octubre de 2023) el material de inicio fue el video Training (2011), de la artista Claudia Fontes, a partir del cual se presentaron transposiciones poéticas y ensayísticas. De ellas, recuperamos aquí el video de Fontes, un poema de Julián López y  el ensayo de Emilio Bernini.

I.

 

II.

Vi un perro saliendo de la bruma
vi a la bruma llegando a mí
con hocico y con mirada
vi como yo, perdido en el monte
era puro ojos
pura esperanza como un destino
fatídico.

Vi al perro afanoso en el saludo
una generosidad de dulzura
de puro anhelo,
vi unas piernas que se alejaban
corriendo
y volví a mirar a la bruma,
se venía como un susto
en la mañana gris
en la mañana montera
directo a los ojos lanzados al mañana.

Vi un perro ideal saliendo de la bruma
un travelling de llegada
por el que me descubrí quieto
vi unos pantalones de invierno
unas zapatillas
¿quién estaba conmigo cuando yo miraba?
cuando la belleza de la bruma
me tenía
cautivo
deshabitado de mí
en vilo en el filo
de una esperanza desesperada.

Vi una alegría montaraz que me llamaba
perrito insistente que venía
hocico de bruma apareciendo
a estos ojos abrumados.

Sé dónde estaban mis ojos cuando el perro
cuando la arquitectura de mi mirada se llenaba de concreto
como los edificios esqueléticos que en un momento
llegan al planeta por trabajo
por la obligación de hacer de los obreros
por la esclavitud y por el pan.

Vi al maravilloso perro que salía de la bruma
que venía directo a mí con decisión de fiesta
de: esta pobreza es todo lo que hay
y está bien nuestro imperio de humildad
de poca cosa.

Vi al perro
magnífico
vi a la magnífica bruma como una cornucopia
hablándome suave en una lengua
que aprendo cada tanto y siempre olvido:
rey de reyes
es el rey que abdica
el hombre que sabe morir.

Humano no humano inhumano transhumano
perro real en la bruma del ensueño
perro soberano en la mirada que espera
perro. Piadoso perro
¿dónde estaba yo cuando la bruma?

Julián López

 

Training

 

III.

La imagen animal

Training, que acabamos de ver, de Claudia Fontes,  es  una serie de imágenes que siguen, en un bosque de Brighton, a un perro que corre, se aleja y se acerca, desaparece del plano, se detiene a la expectativa de alguna indicación, olfatea agujeros en la tierra, en una deriva incierta y vitalmente caótica. Esa vitalidad caótica del andar animal es lo que da movimiento a la imagen misma: primero un poco distante del perro y luego ya completamente asimilada a su cuerpo, es el movimiento alegre en su deriva lo que vemos como imagen. Hay que decir que la imagen de Training, lo que se ve en el corto, ese ese movimiento alegre: alegre porque no tiene horizonte, alegre por la inocencia del devenir de la vida del animal, pero, se podría decir, de la vida misma. Si el devenir es inocente los animales son su muestra más clara y más preciosa. El corto procede así muy ligeramente -como si se tratara de un juego, del juego que uno hace con sus perros o sus gatos, porque es eso lo que vemos-, a un juego en efecto entre el perro, la cámara y la persona humana.

En principio, en un primer momento, habrán visto que la persona sigue con la cámara al animal, y el movimiento es el de esa deriva alegre, como dije, porque no tiene objetivo, no tiene fin; dicho de otro modo, el objetivo de la cámara se adecua a esa vitalidad caótica y alegre. Pero luego, en un segundo momento la cámara se acopla al animal y vemos, muy fugazmente, a la persona humana que sostenía la cámara que ahora se aleja continuando el juego. Lo que sigue es la imagen formada por el movimiento del perro. El perro entonces, ahora, es el que da imagen, el que hace la imagen, con los movimientos de su cuerpo, en la persecución ahora invertida. En ese pasaje de la cámara de lo humano a lo animal lo que ocurre es mínimo pero extraordinario: la imagen deja de ser humana para volverse animal. Si en el primer momento la imagen se forma al seguir el movimiento del animal, un movimiento propiamente inalcanzable, siempre detrás y siempre a la zaga; en el segundo momento, la imagen ahora es, habría que decir la imagen animal.

Entonces, la pregunta que parece plantearse en Training es cómo deshumanizar la cámara.  ¿Cómo proceder, con un juego de pura inocencia, por decirlo así, para que la cámara se libere de su antropomorfismo? La cámara, como dispositivo, y esto fue una discusión teórica muy intensa en los años 70 y muy productiva ya que en gran parte configuró el cine moderno más radical, que puso en cuestión la dominación estético-ideológica misma por medio del cine. La cámara está configurada siguiendo la perspectiva burguesa renacentista y los lentes están fabricados para reproducir analógicamente la mirada humana. Por eso el dispositivo mismo de la cámara ya está en su propia constitución ajustado a lo humano. Solo los cines experimentales, como en gran medida lo es Training, han conseguido liberar la imagen de su antropomorfismo, y en consecuencia, así lo pensaban esos cines, liberar la conciencia por la imagen, expandirla y en esa expansión liberar al yo mismo de su sujeción en la individualidad.

Sin dudas, no es ese el objetivo de Training, porque ya no podemos pensar la emancipación en términos radicales en ninguna de sus formas históricas. Más bien, lo que el corto hace es poner en cuestión la naturalidad de la imagen antropomórfica, el hábito de la visión misma, al hacernos ver la imagen primero, se diría, animalizada, la imagen animalizada, y luego, la imagen animal misma. No la imagen de lo animal, porque eso sería tomar como objeto de la imagen al perro, sino lo que me gusta llamar la “imagen animal”. ¿Cómo es esa imagen animal? Precisamente, aquella que es puro movimiento, movimiento que depende únicamente del cuerpo del animal, imprevisible y vital, y que hacen de ese cuerpo parte de la imagen. La imagen animal no oculta el cuerpo que en movimiento produce la imagen, para producir una ilusión de transparencia, de objetividad, las certezas que suele ofrecer la imagen convencional, es decir, humana. Por el contrario, lo que vemos es un caos de formas.

Dice Claudia Fontes en su portal

“Busco el potencial poético y político que surge de hacer cosas y reunirse con otros, humanos y no humanos. Veo mi trabajo como un mediador de las múltiples agencias implicadas en la creación y la reunión.  Me interesa desde hace tiempo el comportamiento animal de los humanos y el papel que el arte desempeña en él. Creo que ser artista es ser anfitrión: sólo podemos preparar el espacio para que las cosas sean y se hagan presentes. […]

Actualmente me fascina cómo las transposiciones creativas entre sistemas lingüísticos, animales, plantas, materias primas y objetos creados por el hombre facilitan infinitas oportunidades de encuentros significativos entre todo tipo de organismos, al tiempo que exploran la idea de la autoría distribuida”.

Lo poético político en Training está ahí: lo poético, en la belleza de la deriva inocente del movimiento, alegre y vital, y lo político en la puesta en cuestión del hábito de la visión por la cámara. Y el corto ha dependido de ese encuentro significativo entre los organismos y no lo orgánico: los cuerpos animal y humano, que interactúan con lo maquínico, para producir eso que se hace presente en la imagen. Ese ensamblaje humano, no humano y maquínico, como podrá notarse, desplaza la centralidad del sujeto creador artista, desarma las relaciones de subordinación, de lo animal y lo maquínico a lo humano, y del artista con su obra, para producir ese encuentro poético político, contingente y por eso mismo irrepetible.

Emilio Bernini

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