Un cine latinoamericano. Los nuevos cines y los cines políticos ante los Estados (Argentina, Brasil, México)

por Emilio Bernini

En los años sesenta y setenta fue posible pensar, como ningún otro momento de la historia del cine del continente parece permitirlo, en un cine latinoamericano. La denominación es la que en gran medida se asignaron a sí mismos y a sus filmes los cineastas que lo conformaron, que crearon sus propias instituciones (el Comité de Cineastas Latinoamericanos, instituido en Caracas, en 1974) y cuyos filmes se exhibieron y se discutieron en encuentros internacionales como el de Viña del Mar, Chile, en 1967, y en las Muestras de Cine Latinoamericano. Esta identidad cinematográfica latinoamericana tenía como condición de posibilidad su definición en conflicto, enfrentamiento con, crítica o impugnación de, los Estados nacionales, concebidos cada uno de ellos como partes del dominio imperialista norteamericano y su ‘ideología estética fascista’, en las palabras más radicales de Glauber Rocha. […] En el cine latinoamericano, el conflicto con el Estado, su impugnación o denuncia, es una fuerza negativa de autodefinición. Cuando el cine latinoamericano se define contra los Estados nacionales, lo hace también contra los géneros norteamericanos nacionalizados, rechazando incluso las tradiciones populares que fueron material de las historias narradas y, pues, fundamento industrial de los cines nacionales. […] Esa conciencia de pertenencia a un tercer mundo en oposición a, y en lucha contra, los imperialismos implica una idea de totalidad, una estética geopolítica, difícilmente constatable en nuestro cine contemporáneo cuya globalidad es más una consecuencia sobredeterminada que una serie de decisiones concebidas en su progreso y con un objetivo (cinematográfico y político) en gran medida común.

[Disponible completo en la versión en papel.]

No Comments

Post A Comment